martes, 14 de enero de 2014

PINO DEL RIO

Ai ama... si empiezo a escribir sobre Pino, mi pueblo, no paro. Es algo imposible, los 16 casi 17 años pasando todas los veranos allí es el equivalente a demasiados recuerdos acumulados en una milésima de segundo.
Pues nada, empecemos... quiero empezar reflejando a todo el mundo con la cabeza bien alta y gritando a pleno pulmón que todas y cada una de las personas de PINO son



las que me hacen feliz, sí, todas, hasta los abuelos siii! (bueno podemos hacer la excepción de algunos que no me apetece nombrar).

Lo primero que se me viene a la cabeza cuando pienso en Pino... bueno no tengo nada concreto en lo que pienso porque es imposible que de todos los recuerdos solo piense en uno. Porque en realidad somos como una pequeña familia de verano. Esas excursiones al chorro, a la laguna, a Saldaña, a Villarrodrigo... las bajadas del río con el difunto flotador gigante hasta las rigueras, ls baños en la piscina; de día, tarde y noche, nuestros SAN LUNES, los viajes en bici a Acera para ir de fiesta, el día que dormimos todos.

Desde pequeños deseamos que llegue el verano, no porque no haya clase, sino por ir al pueblo.Porque Pino tiene algo, algo que no tiene ningún otro pueblo.

A pesar del bache que he tenido todo a vuelto a la normalidad. Sigo queriendo a esas dos personitas que ya no estoy con ellas, pero sí es verdad que todos los míos siguen estando ahí, y lo sé porque sino no me hubieran ayudado en nada. Quiero dar las gracias a todos esos que me han apoyado, a pesar de que el día que me separé de los pequeñajos me cayó por arte de magia una manzana a la cabeza, si... arte de magia.

Aunque sea una chorrada o ñoñada escrita en un blog es por algo, y en realidad es porque algo como Pino no se puede olvidar, hay que expresarlo de alguna manera, y ya que en la ciudad me toman por pesada por hablar de ello qué mejor que reflejarlo aquí.
























































No hay comentarios:

Publicar un comentario